Destrozando un mito
La imagen de la portada con un Chris destrozando una guitarra....mal asunto...
Me han pasado el último disco de Chris Cornell (sale el 9 de Marzo) con la idea de recuperar buenos temas de rock y me encontré con un disco que podía haber producido el mismo Michael Jackson.
Culpa mía, primero por pensar que Cornell seguiría la línea de guitarras densas y canciones pegadizas.
Segundo porque aunque su última canción "You Know My Name" hecha para el agente Bond (Casino Royale) ya dejaba ver algunos tintes de música programada, esta vez de la mano del productor TIMBALAND ha eliminado todo rastro de "grunge".
Este nuevo trabajo me deja frío, no tiene la pegada, el gancho de la marca Cornell nos tenía acostumbrados. Es cierto que es un paso adelante en su carrera ya que Timbaland es un reconocido productor y convierte en oro todo lo que toca, pero cuando lo que tocas es una vaca sagrada que marcó el sonido de una generación y le conviertes en algo bailable... pierde todo su atractivo.
No me imagino a Cornell defendiendo un directo lleno de samples pre-grabados y tocando grandes clásicos de su carrera. O una cosa u otra machote!!
Me encanta el último corte del disco, "Two Drink Minimum", una pieza de tres minutos que contiene una voz, guitarra, órgano, batería y una armónica. ¿Para qué más?
La imagen de la portada con un Chris destrozando una guitarra....mal asunto...
Me han pasado el último disco de Chris Cornell (sale el 9 de Marzo) con la idea de recuperar buenos temas de rock y me encontré con un disco que podía haber producido el mismo Michael Jackson.
Culpa mía, primero por pensar que Cornell seguiría la línea de guitarras densas y canciones pegadizas.
Segundo porque aunque su última canción "You Know My Name" hecha para el agente Bond (Casino Royale) ya dejaba ver algunos tintes de música programada, esta vez de la mano del productor TIMBALAND ha eliminado todo rastro de "grunge".
Este nuevo trabajo me deja frío, no tiene la pegada, el gancho de la marca Cornell nos tenía acostumbrados. Es cierto que es un paso adelante en su carrera ya que Timbaland es un reconocido productor y convierte en oro todo lo que toca, pero cuando lo que tocas es una vaca sagrada que marcó el sonido de una generación y le conviertes en algo bailable... pierde todo su atractivo.
No me imagino a Cornell defendiendo un directo lleno de samples pre-grabados y tocando grandes clásicos de su carrera. O una cosa u otra machote!!
Me encanta el último corte del disco, "Two Drink Minimum", una pieza de tres minutos que contiene una voz, guitarra, órgano, batería y una armónica. ¿Para qué más?
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